Mediante engaños, al parecer, persuadía a menores de 11, 13 y 14 años, indicándoles que era propietario de una academia y que las podía conectar con casas de modas del país.
Perdomo, un campesino colombiano, recolectó hace varios años atrás un tibiotarso, o hueso medio de la pierna, de un pájaro. Un pájaro enorme y poderoso.